lunes, 21 de octubre de 2013

Presentación de Flor negra, un libro de Ramón Valdés en la UMNSH

La facultad de lengua y literaturas hispánicas de la  Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo fue la sede de la presentación de la primera novela de la trilogía Flor Negra de Ramón Valdés. Los comentarios estuvieron a cargo del Dr. Juan Carlos González Vidal, director de la Facultad de letras, así como de Alfredo Carrera, presidente de la Sociedad de escritores Michoacanos, el propio autor y una servidora Vania Montes. Aquí les comparto algo de lo dicho esa tarde. 



Ramón Valdés Elizondo nació en Ciudad de México en 1976, aunque actualmente radica en Mérida Yucatán. Es autor de la trilogía “FLOR NEGRA” compuesta por los títulos “FLOR NEGRA”, “EL REY ADIVINO” y “LA HIJA DE LA NOCHE” (ésta última en proceso de escritura).
La novela que hoy presentaremos, en el marco del aniversario de la Facultad de Lengua y Literaturas hispánicas de la UMSNH, ha sido presentada en varias ciudades del interior del país, casas de cultura y ferias de libros en México, recientemente fue presentada en la FIL de Monterrey (hace apenas un par de días).
La trilogía que el autor nos regala busca ofrecer un replanteamiento de la literatura fantástica incorporando elementos, rituales, ceremonias, supersticiones y seres mitológicos del pueblo maya.
Además de escribir cuentos y poesía, Ramón ha sido el columnista principal del Diario de Yucatán (con más de 100 participaciones a la fecha), ha colaborado en varias publicaciones como: “el heraldo de Toluca” y las revistas “fórmula en los negocios”, “el Ciudadano”, “Imagen política”, entre otras.
Es además de un estudioso de la mística maya, Maestro en Derecho y un pintor talentosísimo (he tenido la oportunidad de conocer sus trabajo a través de la red) para quien pido un gran aplauso de agradecimiento por venir a tierras Michoacanas a compartir su libro.


FLOR NEGRA
Esta es la leyenda de aquella que han llamado la más grande de todos los brujos, de todos los hechiceros. De aquella que los viejos cuentan con espanto que aún sigue sentada sobre la gran piedra, regalando agua fresca a los viajeros que han perdido camino a cambio de su primera sangre.
Es ella la bruja del cerro, la anciana del camino… es la temida Ix´nuc, la abuela negra… Aquí Ramón nos cuenta su historia, la que escuchó, la que soñó, no lo sabremos, porque eso no lo recuerda.
Llegué a esta historia un poco temerosa, hay que decirlo, porque no estaba familiarizada con la terminología y me imponía cierto respeto el que el autor mostrara tanta pasión por las creencias y supersticiones mayas, porque no soy una experta en la mitología maya y pensé que probablemente mi comentario no estaría lo suficiente documentado.
Pues quiero compartirles que estaba equivocada pues para disfrutar de esta novela no hace falta ser ningún experto en los misterios de los sabios mayas, hace falta solo tener la curiosidad de conocer este reino mágico del Mayab que nos ofrece con Flor Negra, la primera, de una saga de tres novelas en la que destaca el misterio de la naturaleza. No me gustaría aquí resumir la trama, solo adelantaré que es una historia de misterio sin duda, pero que arroja datos de una investigación seria también.
Flor Negra tiene una construcción basada en lo fantástico del mundo maya,  rodeada de misticismo, una novela con una intensión muy real, de rescatar historias del origen para provocar en los lectores esa búsqueda por las raíces, en este caso por las del sureste mexicano, tomando como idea de partida la leyenda del Rey adivino de Uxmal.
Flor negra tuvo la suerte de ser encontrada por el viejo guía Aaj Beh, quien la tomó casi destruida y la rescata de una muerte inminente. Durante la lectura descubriremos que nada es coincidencia en esta historia, que los dioses tienen el control sobre el destino de los personajes e incluso nos hace sentir que nuestros caminos se cruzaron con los de estos personajes para cumplir una misión, por esa razón los invito a que lean Flor negra, porque además de que vale mucho la pena, los dioses mayas nos la trajeron hasta aquí y debemos cumplir sus deseos. 

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